domingo, 28 de septiembre de 2008

presencias


DE NIÑA, me acuerdo de haberme despertado a veces con la misma SENSACIÓN DE PARÁLISIS, y veía además una forma agazapada cerca de mi cama. Luchaba hasta que podía moverme y luego empezaba a gritar. Mi padre llegaba y me consolaba. Me decía que había tenido únicamente un MAL SUEÑO y me tomaba la cabeza hasta que me durmiera. Varias veces, mientras mi padre estaba presente, seguía viendo ESTA FORMA AGAZAPADA cerca de mi cama.
Pienso que tenía UNA ALUCINACIÓN.
Mi madre no soportaba mis idioteces y afirmaba que fingía PARA LLAMAR LA ATENCIÓN. ¡No era verdad!. Realmente estaba aterrorizada.
La parálisis desapareció; realmente es una EXPERIENCIA TERRORÍFICA. Siempre creí que se trataba simplemente de los restos de una pesadilla.

Ludmila Cabrera Almaraz. noveno C

Era tiempo de VOLVER A CASA. Los peces gigantes y verdes iban para el otro lado. Pero no llegaba y las burbujas se pegaban a mi cara. "Vamos Andy, vení a flotar conmigo". De repente LA NADA. A mi alrededor vi paredes oscuras, la brisa me acariciaba. El monstruo negro de la noche soplaba SUSURROS ATEMORIZANTES y el olor a quemado que venía desde el jardín me ahogaba. El peso del ventilador me aplastaba y las sábanas ME IMPEDÍAN HUIR. Y no estaba solo. Aquella PRESENCIA me cantaba canciones de cuna, como mamá. Me quise acercar, para ver si era ella, pero NO PODÍA MOVERME. Cuando pude levantarme, prendí la luz y me di cuenta de que sólo estaba en mi habitación. Cuando le comenté a mi papá acerca de esto, me explicó que yo había sufrido algo llamdo PARÁLISIS DEL SUEÑO.

Paula Debenedetto. primero humanidades

una horrible pesadilla

DE NIÑA, me acuerdo de haberme despertado a veces con la misma SENSACIÓN DE PARÁLISIS, y veía además una forma agazapada cerca de mi cama. Luchaba hasta que podía moverme y luego empezaba a gritar. Mi padre llegaba y me consolaba. Me decía que había tenido únicamente un MAL SUEÑO y me tomaba la cabeza hasta que me durmiera. Varias veces, mientras mi padre estaba presente, seguía viendo ESTA FORMA AGAZAPADA cerca de mi cama.
Pienso que tenía UNA ALUCINACIÓN.
Mi madre no soportaba mis idioteces y afirmaba que fingía PARA LLAMAR LA ATENCIÓN. ¡No era verdad!. Realmente estaba aterrorizada.
La parálisis desapareció; realmente es una EXPERIENCIA TERRORÍFICA. Siempre creí que se trataba simplemente de los restos de una pesadilla.

Ludmila Cabrera Almaraz. noveno C.

martes, 16 de septiembre de 2008

el príncipe azul


Deseaba mucho conocerlo, era mi sueño más profundo. En mi diario íntimo lo describía constantemente, vestía pantalones blancos, con camisa blanca y un estupendo tapado azul...por si no lo descubriste todavía él era mi príncipe azul...

Sólo yo lo conocía, mi mente lo había comenzado a formar cuando el amor llegó a mi vida; todas las noches soñaba con él, con que algún día me viniera a buscar... Hasta que un día, mientras seguía describiendo este amor azulado, sentí a alguien que detrás de mí me observaba. Cuando me di vuelta estaba él, tal cual como lo había imaginado varias semanas atrás; mirándome con una gran sonrisa en su cara, como cuando vemos a alguien a quien queremos mucho. Cuando le pregunté quién era, me contestó que era quien yo quería conocer, esa persona que yo amaba secreta y apasionadamente...

Le pedí que me dijera cómo había logrado entrar en mi habitación, ya que estaba cerrada; yo todavía no entendía que él era producto de mi imaginación, mejor dicho, me rehusaba a creerlo.

Todos los días mientras escribía mi diario él aparecía detrás mío para observarme, hasta que no aguanté más y le pregunté si realmente existía; él, me dijo que sí, existía en mi mente y en mi corazón, pero no en el mundo que todos conocíamos...sólo algunos privilegiados tenían el maravilloso poder de ver lo que imaginan...

Después de mi primera charla, él no apareció por varios días; yo me preguntaba por qué no volvía a aparecerse...tanta falta me hacía...

Luego de unas cuantas semanas, estaba en la terraza de mi casa cuando vi pasar por la vereda una persona que me resultaba extrañamente familiar; después de pensar mucho, conseguí saber quién era ¡era el príncipe azul! Estaba vestido con ropa normal, por eso me había costado reconocerlo, pero definitivamente era él.

Todavía estaba sumida en mis pensamientos cuando tocaron el timbre, era mi príncipe azul... Me sorprendí mucho al verlo, no reaccioné rápido, pero logré decirle un "hola"; él me saludó con un beso en la mejilla.

Lo hice pasar a mi casa, charlamos toda la tarde, hasta que, intrigada por saber cómo había logrado pasar del mundo de la imaginación al mundo real, tomé mucho coraje y se lo pregunté; y su maravillosa voz me dio la mejor respuesta que me podría haber dado: "Cuando uno sueña algo, lo puede hacer de dos maneras, con poca fe de que algún día puede ser realidad o con muchísima fe en que eso será realidad...tú, elegiste la última".

ALDANA SALERNO octavo C

miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA CASA


Era martes 19 de junio. No un martes cualquiera, ni un 19, ni un día de junio cualquiera. Era uno de esos días de idas y vueltas, uno de esos días que desde que te levantás pensás en irte a domir, unos de esos dias que la cabeza te explota y el cuerpo no te da más! Eran 22:30 y comprendí que ya era hora de irme acostar.
Me recosté en mi cama y poco a poco mis ojos se fueron cerrando. Me trasladé a un lugar, específicamente una casa, que luego de observarla detalladamente descubrí que me encontraba en la casa de mi abuela. Al darme vuelta la vi a ella, mi abuela Jazmín, tan preciosa y blanca como la vi por última vez.
Se encontraba sentada en su sillón favorito, ése de madera que le había regalado el abuelo Manuel. Como de costumbre se encontraba tejiendo. Fui y le di ese abrazo inmeso, ése que nunca le pude dar. La abracé muy fuerte, hasta lo que pude.
Al abrir nuevamnete los ojos, ya no se encontraba nadie allí y el reloj de la puerta marcaba las 12:30 hs del día 20 de junio.
Esa noche, en el taxi de regreso a casa , pensaba cómo había llegado allí y me repetía y aseguraba que la abuela había fallecido años atrás.

CAMILA AITA Noveno C

viernes, 5 de septiembre de 2008

constelaciones


Era enero de 2004 y una familia, formada por Luciana, una chica de 16 años, y sus papás, iba viajando en auto a Capilla del Monte por las vacaciones de invierno.
Cuando estaban por llegar, el auto pinchó un neumático. Al darse cuenta que el auto no podía avanzar, el papá fue a buscar una gomería para arreglarlo.

Luciana y la mamá se quedaron esperándolo en el auto. Ya había oscurecido y el papá no regresaba.

A Luciana le apasionaba la astronomía, siempre llevaba con ella su telescopio. Desde la ventanilla del auto vio una constelación de estrellas que nunca antes había visto. Decidió mirarla por el telescopio, pero las nubes no se lo permitían. Pensó que lo mejor era mirar desde mayor altura, entonces decidió subir a un cerro que estaba cerca. Su mamá se quedaría esperando al papá por si regresaba.

Luciana llevaba su telescopio y su celular. Cuando llegó al cerro, empezó a subir por un sendero que estaba marcado por unas señales blancas pintadas en las piedras. Cuando llegó a la mitad del cerro enfocó la “nueva constelación” que estaba formada por tres luces circulares del tamaño aproximado de la Luna.

En un momento vio que las tres luces se iban borrando hasta que desaparecieron.

Volvió a mover el telescopio. Todo pasó muy rápido, lo único que llegó a ver fue una luz que bajaba del cielo, silenciosa, pero muy brillante...”

Esta nota fue la que salió publicada en marzo de 2008 en el diario de Capilla del Monte, luego de que se encontrara en la mitad del cerro, un telescopio junto a un celular, que en el momento que la policía lo hallara, tenia un mensaje nuevo que decía: “Luciana, soy mamá. Papá ya arregló el auto, cuando quieras vení, hace un rato que te estamos esperando.”