martes, 14 de abril de 2009

Y QUE UN DUENDE TE INVITA A SOÑAR



EL FANTASMA SIN MANOS

Había una vez un hombre al que le encantaba molestar a los pequeños del parque; los asustaba y los ahuyentaba del parque, se llamaba Camilo Gonzales.
Un día después de hacer su rutina de todos los días en el parque, se subió a una hamaca y empezó a hamacarse muy fuerte mientras pensaba en lo solo que estaba y en que no agradaba a nadie del barrio... pero también pensó lo divertido que era molestar a la gente y se olvidó de ello por completo. Siguió hamacándose más y más y más fuerte hasta que saltó de la hamaca y supo que se había arrancado las manos!!!
Fue a buscar ayuda pero había sido tan malo que nadie lo quiso ayudar. Entonces murió desangrado.
Yo no lo creo pero cuenta la leyenda que a la noche, cuando el parque está desierto se pueden escuchar los ruidos de la hamaca e incluso se puede ver que se mueve. Hasta hay algunos que dicen haber visto al señor Camilo merodeando por el parque, solo, sin sus manos...


Por Valentina Belizan




UNA NOCHE EN EL BOSQUE

Un día dos amigos y yo fuimos a acampar en un bosque. Según la leyenda este bosque de noche cobra vida y nos propusimos a averiguarlo. Los tres nos quedamos despiertos pero nada pasó. Decidimos quedarnos más tiempo, en vez de quedarnos despiertos a la vista, nos ocultamos. Y vimos los árboles y arbustos cobrar vida. Nos vieron y enseguida nos empezaron a perseguir, nos asustamos y empezamos a correr, nos caímos, cuando nos alcanzaron nos ayudaron a levantarnos y nos trataron bien. La leyenda estaba incompleta, el bosque cobraba vida para reparar los destrozos que eran causados en el dia.

Por Rodrigo Schipelut





LOS DUENDES DEL BOSQUE

Un día como cualquier otro ocurrió algo distinto:
Micaela estaba llegando de una fiesta. Al cruzar el bosque se encontró con dos amigas una de ellas se llamaba Azul y la otra Jéssica eran hermanas pero nunca se llevaban bien .
Al verlas Micaela las saluda. Ellas le preguntaron si las podía acompañar, ella les dijo que sí.
Luego de saludarse… estaban jugando cuando de repente escucharon risas detrás de ellas.
Micaela y Azul empezaban a asustarse, mientras que Jéssica les decía:
-vamos no tengan miedo… sólo son risas –
Confiando en la palabra de Jéssica decidieron seguir caminando.
Luego se desviaron del camino y tomaron un camino del bosque, pero Jéssica vio a alguien, ella preguntó:
-¿quién está allí?-
Cuando se dio vuelta era un duende chiquito muy arrugada su piel con un sombrero violeta y dos plumas de distinto color una azul y otra verde.
Al verlo salió corriendo a buscar a las chicas.
Ellas estaban aterrorizadas de lo que Jéssica les estaba contando. Cuando terminó de contarles había aparecido un duende que cada vez se veía en todos los árboles del bosque.
Empezaron a correr y correr entonces el duende también corría a perseguirlas. En un momento no lo vieron más. Al irse lo volvieron a encontrar y las agarraron a las hermanas y luego no las volvió a ver más y al duende tampoco. Luego de varios meses las volvió a ver muertas en un lago y al duende matando a más gente que encontraba en el bosque. Esa fue una experiencia que Micaela nunca va a olvidar.

Por Mayra Ramírez Mazzuchini



UN SUEÑO

Todo comenzó en un bosque, ya era de noche y todos teníamos frío, estábamos solos en el medio de él, no sabíamos ni a dónde ir. A la mañana siguiente cuando nos depertamos nos faltaba un compañero, lo primero que pensamos fue que se había ido a buscar comida, las horas fueron pasando y él no llegaba, todos estábamos preocupados porque no llegaba... Pasó la noche y al otro día faltó otro y así siguió pasando con todos hasta quedar yo solo, estaba muy asustado, ya no sabía qué iba a pasar al día siguiente... las horas pasaron y llegó el día, esperaba lo peor, pero ¡no me pasó nada! estaba anonadado, me resultó muy extraño , luego al mirar a mi alrededor me di cuenta que todo había sido un sueño...



Por J.M. Quiroga



EL SUEÑO DE ARIADNA IN LOVE...


FOTO: Romina Lorenzo


MIS PENSAMIENTOS ESCRITOS

Para (tratar de) analizar al amor bien se puede recurrir a un tema de un célebre cantante del rock nacional, empezando por una frase: ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?¿Qué mejor frase que esa para empezar una reflexión? Creo que es bastante acertada, nunca se llega a una conclusión final y concreta al pensar o hablar del tema, de hecho, podríamos pasar horas discutiendo y nunca llegaríamos a una aseveración sobre qué es; cada persona tiene sus cosas personales vividas y es por eso que cada una de ellas piensa de manera diferente respecto a él.
Muchas veces se llega a una conclusión común entre quienes no se llevan (¿o será entre quienes no nos llevamos?) demasiado bien con el amor, y es la típica “El amor es una mierda”. Aunque muchas veces pensé en eso, no creo que sea correcta, ya que sólo la piensan (o pensamos, ¡cómo sea!) las personas a las que, como ya había dicho, no les va bien en ésa materia. A veces, cuando estoy enojada conmigo misma y no quiero hacer más que gritar hasta quedarme disfónica, pienso y creo en esa frase, pero el amor es un sentimiento muy ambiguo (¡y tan puro!) y sé que por más que a veces piense eso, amar y ser amado es una de las cosas más hermosas que pueden pasarle a una persona.
Ahora elijo otra frase: es tan fácil perder la razón. Otra que está muy en lo cierto. Cuando nos enamoramos vivimos en nuestra nube de fantasía, estamos flotando en el aire, vemos todo color de rosa, tenemos sensación de estar volando, o como quieras llamarlo. Nos llaman y tardamos varios minutos en responder, dibujamos flores y corazoncitos al margen de las hojas, junto con las iniciales de tu nombre y del suyo; pero ésa es la parte cursi, también tiene una parte fea, al menos para mí. No en todos los casos (no en el mío, por suerte), pero algunas veces se deja de lado a las cosas realmente importantes, como los amigos o la familia, personas que siempre te apoyan en los momentos de debilidad y que te hacen feliz, por algo que, quizá, es pasajero. Lo más elemental en todo esto es no dejar de vivir la vida, seguir siendo único y auténtico o, dicho en criollo, seguir siendo uno mismo. Ésto explica otro fragmento más del tema: no se puede vivir del amor.
Cuando llega la etapa del “desenamoramiento”, desamor o desengaño (pienso que la etapa recibe uno de éstos nombres dependiendo de lo que haya sucedido para decidir que es el fin de la historia) se sufre; y para esto hago mención a una frase de un libro que leí hace poco: el amor concede a los demás el poder para destruirte. Llorás hasta que no te quedan más lágrimas, gritás bien fuerte, reprimís emociones, te sumís en la depresión, te lamentás, o lo que sea que hagas en ése tipo de situaciones, y terminás destruida. Te rompés la cabeza pensando en cuál fue la causa de la ruptura, y te mortificás. Pensás en que seguramente está con una chica más linda, o que lo cansaste, o que no eras suficiente para él, o…
Muy mal hecho.
Primero, creo que nadie es apto para decir que alguien no está a su altura, todos somos imperfectos, algunos lo somos más que otros, pero imperfectos al fin. Y segundo, para esto recurro a una frase (un tanto cursi para mí) que leí alguna vez: nadie merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar; es decir, no vale la pena sufrir por alguien que no te valora, mejor es quedarse con los recuerdos de los momentos felices vividos junto a esa persona y tratar de dejarla en el olvido.
De todos modos, la vida continúa y te están esperando muchos amores a la vuelta de la esquina, algunos hermosos y otros no tanto, que van a ir guiando hasta llevarte junto ésa persona que sea la adecuada para darte lo que necesitás.
Eso sí, hasta encontrarla no te olvides que podés (y debés) ser feliz con la imperfección, lo perfecto para vos estará saludándote con la mano y esperándote cada vez más cerca, a medida que avances en tu propio camino.

Por Agustina Daer








Foto: Suyai


REFLEXIONANDO SOBRE EL AMOR


Cuando te des cuenta de que otra persona es única, o al que creías imperfecto ya no lo es, quiere decir que estás enamorada o enamorado! Ese es el momento de tomar una decisión: si se lo decís y te acepta, vas a querer estar todo el día con él, no te va a importar qué haga cosas que no te hayan gustado antes, vas a sentir que es justo la mitad que te faltaba, lo vas a amar con locura... Y si no lo hacés o si lo hacés y te rechaza, no te desanimes! ya va a llegar el indicado o ya te vas a animar. Pero si un día, uno de los dos deja de dar lo mejor de sí, hay que aceptar la realidad, aunque dura y dolorosa, de que deben seguir con sus vidas por separado. Y traten de busar apoyo y comprensión en sus amigos, porque a veces, el amor es largo, pero el olvido lo es aún más.

Por Caro G. Beber




jueves, 2 de abril de 2009

EL CUENTO




LA AGENDA

Era una noche tenebrosa, viernes 6 de septiembre a las 1:00 AM exactamente, Gastón Gómez regresaba de su trabajo en la fábrica de pastas y se dirigía a su casa en Villa Ballester.
El estaba muy cansado y lo que le pagaban era miserable, a su vez muy enojado por eso. Fue entonces cuando de la nada salió un hombre, no muy alto, con una capucha en la cabeza que no dejaba ver su rostro y un arma en su mano derecha, decidido a robarle, éste le apuntó, Gastón se resistió y lo único que ganó es un duro golpe en la cabeza que lo dejó inconciente.
Al despertar, se levantó, encontró una agenda, ya no tenía dinero y era de día, abrió la agenda, encontró tres notas:
9 de agosto. No olvidar hablar con Rodrigo y avisarle.
10 de agosto. 10 a.m. Confitería del Sol.
11 de agosto. A gimnasia llevar la filmadora.

Gastón comenzó a sospechar que esta agenda era del ladrón, así que se le ocurrió ir a Confitería del Sol, a pesar de que estas anotaciones ya eran viejas.
Al llegar al lugar, buscó una mesa y se sentó, le llamo la atención que la mesera no fue a preguntarle si quería algo, pero si llegaba a descubrir que no tenía dinero, le iba a pedir que se retirase, así que no dijo nada.
El espero todo el día la llegada del ladrón, si es que se presentaba por casualidad, esperó tanto que le agarró sueño y recostó su cabeza sobre la mesa. Casi inmediatamente escuchó que la puerta se abría, entró una persona no muy alta, un hombre, caucásico.
Era muy parecido al ladrón. Gastón susurró.
-Es él - .
Más tarde, entraron dos personas más, y se sentaron junto al ladrón. Estuvieron hablando un rato largo, hasta que se fueron.
El delincuente se paró, sacó de su bolsillo un arma de fuego, le apunto a Gastón y disparó…
Escuchó la puerta.
-Me quedé dormido – dijo Gastón.
Ya eran como las 8:00 p.m. se fue de la confitería y sacó la agenda, buscando una anotación que se le habrá escapado, y la encontró.
7 de septiembre. Ir al cementerio.
Gastón fue.
Al llegar, no encontró a nadie, supuso que había llegado tarde, ya era de noche y estaba por cerrar.
En el cementerio, Gastón se tropezó con una roca y se le cayó la agenda, buscándola, encontró una lápida y le llamó la atención que el nombre no se leía, sacó un trapo que tenía en su bolsillo, y limpió la lápida…
Al día siguiente, el cuidador del cementerio, encontró una agenda vacía sin hojas, se le ocurrió que podía ser de alguna de las personas que fueron al velorio del pobre hombre que murió desangrado por un golpe en la cabeza, dado por la culata de un arma ya que estaba al lado de la lápida con el nombre de Gastón Gómez.

por Agustín Montanari
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EL HOMBRE CAJA